Este es un tema bastante controvertido.
¿Por qué polémico? Existen básicamente 2 variantes de fotografía de alimentos, aquella en la que todavía se puede comer el menú fotografiado con placer, y luego la variante en la que la comida es tratada con todos los medios del arte, de tal manera que ya nadie debería comerla.
Por mi parte, soy uno de esos fotógrafos que prefieren fotografiar de forma auténtica, es decir, utilizar ayudas no comestibles sólo como último recurso. Preferimos sentarnos juntos después de la sesión y comer sus excelentes menús. Por supuesto, hay excepciones, la espuma de cerveza, por ejemplo, desaparece tan rápido bajo las lámparas que no podrías obtener una foto inteligentemente escenificada sin ayudas. Con el helado, todavía tiene la opción de elegir entre la cámara de enfriamiento y simular el helado con la comida adecuada. 😉
En general, tiene que verse delicioso, hacer que se le haga la boca agua al espectador, para que tenga la sensación de que ya percibe un olor delicioso al mirar la imagen. Hay diseñadores de alimentos profesionales que han aprendido qué menú se ve mejor en qué combinación. Y lo que se puede mejorar con ayudas naturales. Muchos de vosotros sois cocineros experimentados y también sabéis servir un menú de forma deliciosa. Tengo experiencia con el diseño, la luz y la tecnología. Además, mi creatividad también es importante, juntos pueden crear excelentes fotos para su restaurante, sitio web, producto.
Los buenos cocineros también son artistas, por lo que este arte debe presentarse en consecuencia.



















